Nada más leer esta
frase me vi a mi misma. Y después de darle muchas vueltas, ah sí lo hacía o no,
me dije ¿por qué no?
Qué mejor relato que
plasmar mi propia experiencia cuando, aquel día me comunicaron tan extraña enfermedad que padecía y que al
escucharla sentí las mismas palabras de nuestro primer trabajo de este Taller.
Me acaba usted de arruinar
la vida, con lo que está diciendo y es que hay muchas maneras de arruinarse, no
siempre es lo económico lo que más duele en la vida aunque nos creemos que sí.
Lo que más me dolió, es el haber recibido un corte (y no de pelo) en seco, a la vida. Como si te encontrases en
un campo de maíz y tu formases parte de él y justo cuando comienzas a
resplandecer una hoz que ni siquiera viste por donde venia, te segase la vida
para dejar eso sí, el tallo, pero enfermo para volver a empezar y sin los recursos
necesarios y cotidianos que hasta ese fatídico día tenía….
Para que entendáis de qué
os hablo, me iré en el tiempo unos años atrás 1982 y yo con catorce años de
edad comencé hacer mis pinitos de peluquera, junto a mis hermanas. En un local
que nunca llego a ser nuestro aunque sí de la familia. Recuerdo no saber hacer
mucho pero las ganas de aprender y de formarme como una gran profesional me
llevó a destacar entre la profesión.
No perdía oportunidad de crecer año tras
año, hasta que después de diecisiete años juntas y de muchas noches sin dormir
por tener ambiciones fuera del negocio familiar, me atreví a llevar a cabo tal
andadura en solitario.
En 1999 el 29 de noviembre
veía cumplido tal sueño y con los objetivos cumplidos conforme me había
marcado.
A los pocos años vi otro sueño cumplido, tener
entre mis brazos a mi pequeño. ¿Qué más podía pedir? Lo único que tenía por
delante era el triunfo como madre, empresaria pero sobretodo persona, que me
esperaba día tras día. Así, pasaron los años….llenos de trabajo y tesón para
poder seguir creciendo en un mundo de fieras, que así lo llamaba yo en cuanto a
lo profesional.
De vez en cuando me
quejaba de alguna dolencia, pero sobre todo de unos fuertes dolores de cabeza,
cansancio y un mal estar general que según avanzaba más resentía mi queja, a
pesar de reducirme la jornada laboral desde que di a luz.
Hasta que mi organismo ya
no pudo más y pese a que me costaba dejar mi negocio y mi vida en general fui
al médico. Otro noviembre pero esta vez
venía con sorpresa……después de muchas idas y venidas por consultas como si de
un peregrinase se tratase dieron con lo que me enfermaba día tras día…..Sensibilidad Química
Múltiple, si así me quedé yo, casi como tú al leer esto. No daba crédito a lo
que estaba escuchando y no entendía bien lo que me decían hasta que me dijeron
ese maldita palabra SQM (la enfermedad de la niña burbuja)….
Que os voy a contar de lo
que llevo sufrido y sigo, la vida en ese momento noté como se me arruinaba pues
tuve que tomar la decisión más importante de mi vida, dejar mi negocio,
profesión, ilusiones......y vivir encerrada libre de tóxicos que me
perjudicaran y de los cuales estamos rodeados el ser humano, como perfumes,
suavizantes, lacas…...
Imaginar, pero con los
ojos cerrados en todo lo que os rodeaba
día a día y de paso que analizar cada
movimiento que hacéis desde que os
levantáis hasta que os acostáis.
Os ducháis,
perfumáis, os ponéis cremas en el cuerpo y cara, acondicionas el pelo o
bien ese día toca ir a la peluquería, escogéis del armario lo que ese día toca,
cogiendo del armario la prenda escogida y notáis como al abrir el armario un
olor ha impregnado todo lo que guardas en los cajones, os recuerda al
suavizante que hace días le pusisteis.
Os disponéis a marcharos a
trabajar como cada mañana o bien os
quedáis en casa porque vuestro trabajo consiste en atender a todos los
miembros de tu familia. Dónde toca limpiar cuartos de baño con desinfectantes,
poner lavadoras con detergente y suavizantes, ir a la compra dónde al pasar por el pasillo de droguería notas
una gran mezcla de olores a la vez.
Por supuesto en el trabajo
estáis acostumbrado al ambientador que os recibe todas las mañanas, y
además, hoy viene María hacer la
limpieza y no escatima en lejía, abrillantadores para el suelo y mobiliario,
desinfectantes……Pues bien después de tener
los ojos todavía cerrados antes de abrirlos imaginaros que os comunican un día
cualquiera de estos en los que nos encontramos sumergidos, que padecéis una
extraña enfermedad, limitante, orgánica, causada por la exposición a los
productos químicos sintéticos tóxicos y cotidianos en los que hasta ahora
estabais viviendo, provocando multitud de síntomas en diferentes sistemas
corporales.
La vida os sorprende esa
mañana y os dais cuenta que se acabo
todo, no solo uso de todos de cosméticos
sino que debéis abandonar, trabajo, ilusiones, sueños, comer en tu restaurante preferido o
simplemente la comida que habitualmente venís
comiendo en casa, incluso el agua del grifo se convierte en un arma de
doble filo para tu salud.
Se acabó vivir como el resto de los mortales,
tenéis que aprender a vivir en soledad, apartaros del resto del mundo, a vivir
detrás de una mascarilla en la que ha convertido de repente de la noche a la
mañana en vuestra gran alidada, ser juzgada por el resto de las personas puesto
que habéis pasado a ser diferentes….
Solo había una esperanza y
la tenía delante pero era incapaz de verla. Se llama Carlos, mi gran fortuna…..
Parece que nada puede tener fin, en este sin vivir o
mejor dicho en esta sin razón, la cual me ha tocado vivir. Veo como mi cuerpo
se estremece, se resiente y nadie puede mover ni un dedo, si no eres afectado,
solo estás tú y tu enfermedad que sin elegir, se ha pegó a mi cuerpo, o mejor
dicho se ha acomodo a vivir en mí. Y yo lo único que deseaba es que se marche
sin más, igual que apreció…..Pero no, cada día me sorprendía con algo nuevo.
Estoy cansada, indignada,
cabreada. Se empeñan entre unos y otros en verme mal y no puedo dejar que me
vean hundida, no lo van a conseguir, (esto era lo que yo me repetía una y otra
vez) tengo muerto el corazón, el tiempo,
no encuentro camino para ver el Sol y el color azul del Cielo. Le di paso a un gris oscuro, tan oscuro que no deja
pasar ni un rayo de luz. El silencio y la soledad se apoderaron de mi vida. Vida,
que comenzó a vagar, incluso en sueños.
Veía como todo a mí alrededor perdía color
e incluso las hojas caídas en ese feo otoño se empeñaban en cubrir el camino que debería seguir hacia la realidad que me había tocado
vivir, lo único eso sí que notaba era como perdía las líneas que dibujan mi
débil existencia.
¿Qué hacer, dónde ir, a
quien contarle lo que me sucede, que soluciones hay? ¿Por qué son todo preguntas y no encuentro
respuestas?
El miedo me acechaba y no sabía qué hacer. Todo mi cuerpo temblaba,
veía al mundo como al máximo responsable de lo que me sucedía, ¿Cómo es posible
que lo que más he querido en esta vida y por lo que más he luchado, me ponga
entre la espada y la pared y se vuelva en contra mía?
Quiero ser despiadada y no
tener consideración con nadie; como ellos (médicos) lo han sido conmigo, (este
pensamiento no me dejaba descansar).
De pronto mi propia
casa se había convertido en una cárcel.
¡Estaba presa en mi propio cuerpo y retenida entre cuatro paredes! Locura,
miedo, desesperación, incluso el aire parecía tenerlo en contra.Pase un invierno duro,
lleno de cambios y en estado de rebeldía por no aceptar lo que ya tenía encima…
Pero
el sol comenzó a salir y con él, la primavera. Cansada y agotada de ver como
se empeñaba en llamar a mi ventana todos
los días me resistía en dejarle pasar y que limpiara el alma, hasta que una
mañana al despertar, me prometí a mi misma que no podía dejar que todo esto me
ganase terreno y que esas ganas de luchar se agotaran para siempre…..Tengo mucho que decir pero tampoco quiero aburrir.
Solo quiero que sepáis que aunque sigo en una lucha diaria e incansable, dejé de sentirme arruinada gracias al apoyo recibido por parte vuestra durante todo este tiempo y a mi pequeño que le quiero con todo el alma.
Gracias por ayudarme a dar voz a esta enfermedad llamada Sensibilidad Química Múltiple
Animo luchadora , seguro que consigues que cientos de efectados españoles levanten LA VOZ.
ResponderEliminarHe llegado hasta aqui por el reto del amigo Fausto, no conocia esta enfermedad y solo se me ocurre mandarte fuerzas, animos y un abrazo, a veces la vida es muy injusta. Un saludico.
ResponderEliminarMuchas gracias Paco. Un abrazo
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