Electrosensibilidad y sensibilidad química, ¿las nuevas enfermedades?
El Parlamento Europeo votará en junio si incluye estas dolencias en la clasificación internacional de enfermedades
El Parlamento Europeo votará la inclusión de enfermedades ambientales electrosensibilidad y sensibilidad química múltiple en laClasificación Internacional de Enfermedades (CIE) el próximo mes de junio, según ha informado el presidente de la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas, Gaspar Llamazares, durante la jornada «La Sanidad frente a las enfermedades ambientales», celebrada en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Concretamente, el debate tiene como objetivo incluir estas enfermedades en la CIE correspondiente y también su clasificación como enfermedades profesionales en la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Conseguir esta clasificación es importante porque al no reconocerse el estatus de enfermedad, «no se atiende a su prevención. Se menosprecian y no se apoya lo suficiente su investigación», ha denunciado el expresidente de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados. Sin embargo, el pasado mes de noviembre, el Ejecutivo aprobó el consenso sobre sensibilidad química múltiple que, en cierto modo, reconoce la existencia de estas dolencias y ofrece consenso para abordarlas, ya que el texto describe la enfermedad y su diagnóstico, lo que puede servir de ayuda al profesional sanitario en el abordaje de esta enfermedad
El expresidente de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados ha recordado que su grupo ya presentó una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados sobre la protección de la salud frente a la exposición de campos electromagnéticos a fin de reconocer estas enfermedades producidas por este fenómeno. En este sentido, ha denunciado que la legislación está «obsoleta» y ha pedido su renovación de acuerdo al derecho internacional.
Enfermedades emergentes
Por otro lado, el miembro del Comité Científico para los Riesgos Sanitarios Emergentes, Eduardo Rodríguez-Farré, ha lamentado que, en estas «enfermedades emergentes, existe un «riesgo ignorado» que aún no está incorporado en el cuerpo científico. Madrid y Barcelona son las ciudades europeas que más contaminan, lo que, en su opinión, deriva en una «mortalidad evitable».
Con todo, ha apostado por identificar el riesgo de las sustancias químicas existentes, evaluar su exposición, caracterizarla y sacar conclusiones. Además, ha asegurado que, de las 100.000 sustancias químicas existentes, solo se cuentan con datos de la toxicidad limitada del 20 por ciento.
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