Radiaciones y salud geoambiental
Las radiaciones naturales
La Tierra es un inmenso campo magnético natural con dos polos, norte y sur. Ese magnetismo es imprescindible para la vida. Por ejemplo, las aves dependen de él para realizar sus movimientos migratorios. Sin embargo, no es un fenómeno uniforme y regular, sino que ha ido modificándose con el paso del tiempo.Cuando en una zona concreta se registra una variación excesiva en las radiaciones naturales por la presencia de alguno o varios de estos factores, decimos que esa zona es geopatógena (de geos, tierra, y pathos, enfermedad); es decir, que produce o puede producir enfermedades. Este carácter nocivo para la salud puede agravarse, además, por la presencia de radiaciones artificiales, que saturan cada día más nuestro entorno.
Si este tipo de fenómenos se registra en los lugares en los que pasamos más horas al día, como la cama o nuestro puesto de trabajo, entonces el exceso de radiaciones interfiere con nuestros propios pulsos vitales. Nos obliga a un mayor esfuerzo de adaptación, con el consiguiente desgaste biológico, y tu salud puede verse seriamente alterada.
Las radiaciones artificiales
Vivimos en un entorno ultratecnológico. Los avances y descubrimientos científicos han incorporado a nuestra vida cotidiana tecnologías que nos hacen más cómodo el día a día. Pero también han alterado nuestro hábitat de una forma no prevista por nuestra evolución biológica natural. Nuestro organismo aún no ha desarrollado mecanismos adaptativos suficientes para sobrellevar esta exposición crónica cotidiana a los campos electromagnéticos artificiales.
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